Miradas sobre Malvinas, a 40 años

Comparte

Revista la U dialoga con tres historiadores y una historiadora sobre la guerra que empezó a ser parte de la historia reciente desde el 2 de abril de 1982. Un conflicto armado que terminó el 14 de junio de ese año y que dejó 649 soldados muertos por el lado argentino y 255 por la parte británica. También parece haber dejado enseñanzas, sentimientos y opiniones que colisionan, bajo una estela de reclamos de soberanía argentina en un planeta que aún no se termina de inmunizar contra el virus del imperialismo.

Por Fabián Rojas

Imagen de portada: Telam

“Si Malvinas nos ‘une’ se trata de una ‘unidad’ meramente formal, plagada de hipocresía”

Roberto A. Ferrero es historiador de gran trayectoria, abogado por la Universidad Nacional de Córdoba y autor de numerosos libros, entre ellos, “De Murillo al rapto de Panamá: las luchas por la unidad y la independencia de Latinoamérica (1809-1903)”. En la entrevista, da cuenta de lo que, según considera, son algunas formas de producir “desmalvinización” en la sociedad.

– ¿La Guerra de Malvinas fue “la última batalla de la Tercera Guerra Mundial”, como tituló uno de sus libros el periodista Horacio Verbitsky?
-Me parece un exceso de lenguaje hablar de una “Tercera Guerra Mundial”. El de “guerra” es un concepto bien preciso. “Guerra Fría” es solo una metáfora para referirse no a una guerra real, sino a un enfrentamiento económico, diplomático y por esferas de influencias entre los imperios occidentales y la Unión Soviética, en la que ésta fue derrotada. Incluir la gesta de Malvinas en esta inexistente “Tercera Guerra” es una tentativa mal disimulada por diluirla en el seno de ajenos problemas y disminuir su estatura heroica, por parte de Verbitsky, el hombre que “mordió la mano que te dio la vacuna”.

Dr. Roberto Ferrero: «No es un fracaso de la ONU el hecho de que las Islas continúen en poder de los usurpadores. Es una complicidad de la ONU, que podría haber hecho mucho más de lo que siempre hizo»

-En el imaginario (y en la Historia) Malvinas fue producto de una suerte de “manotazo de ahogado” de la dictadura cívico militar y, a la vez, la guerra del ’82 tiene ese halo que despierta sentimientos algo así como nacionalistas, ¿ lo ve así?
-Es indudable que la guerra de Malvinas fue desatada con el fin subalterno de la Junta Militar de prolongarse en el poder, y confiando erróneamente que sus amos de Washington le habían hecho un guiño para que actuara así. Era una guerra perdida de antemano por la gigantesca desproporción de fuerzas, pero una vez trabado el conflicto, lo que correspondía a todo argentino bien nacido era apoyar esa lucha, la dirigiera quien la dirigiera, y esforzarse por profundizarla expropiando los bienes e inversiones que el enemigo tenía en nuestro país, como hizo con Alemania en la Segunda Guerra Mundial, única forma -que no se quiso usar- para obligar a Gran Bretaña a frenar su contraofensiva. Algunos políticos prefirieron pronunciarse contra esa batalla por la soberanía integral de la Patria y la historia los condenará.

-Que las Islas Malvinas sigan en poder de Inglaterra, ¿es un fracaso de la Organización de las Naciones Unidas?
-No, no es un fracaso de la ONU el hecho de que las Islas continúen en poder de los usurpadores. Es una complicidad de la ONU, que podría haber hecho mucho más de lo que siempre hizo.

-«Malvinas nos une» es el lema con el que el próximo 2 de Abril se conmemorará el Día del Veterano y Veterana, ex Combatientes y Caídos de las Islas Malvinas, ¿hoy Malvinas nos une?
-Si nos “une” se trata de una “unidad” meramente formal, plagada de hipocresía, donde los mismos medios que entrevistan a los sobrevivientes y hacen reseñas de los acontecimientos vividos hace cuarenta años, siguen inmersos en una larga y vergonzosa campaña de desmalvinización de la sociedad. Pero ya se sabe, como dice el refrán, que la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud.

– ¿Cómo es la mecánica de esa “desmalvinización” ?, ¿cómo opera?
– Algunas formas son hipostasiando los defectos de la invasión y disimulando su naturaleza de reclamo legítimo; declarándola una aventura irresponsable para deslegitimizar el apoyo que recibió de la población; manifestar que el pueblo argentino era «exitista», como si la alegría auténtica y natural del pueblo que llenaba las plazas, no a favor de la dictadura, sino a pesar de ella, no fuera auténtica y natural ¿Cómo nadie criticó el «exitismo» del pueblo francés cuando los aliados liberaron Paris en la 2° Guerra Mundial?. Otras maneras son hacer creer que todos los oficiales eran torturadores del Proceso, hubo varios, sí, como el famoso (Pedro) Giachino; también, en la siembra de dudas sobre si los milicos se robaban los abastecimientos que entregaba espontáneamente la población; ocultando cuidadosamente la cantidad de jóvenes civiles que se ofrecían como voluntarios para ir a Malvinas; encubriendo que el papa reaccionario de entonces (Wojtila), después de ir a Inglaterra vino a la Argentina a pedir la rendición con la excusa de la «paz»; ocultando que Alfonsín se entrevistaba con el embajador norteamericano a los mismos fines; Además, se ve en la presentación de los combatientes como los «chicos de la guerra», cuando eran muchachos heroicos que sentían orgullo por lo que estaban haciendo; cuando se oculta los crímenes de los ingleses; en la ocultación también de cómo Estados Unidos traicionó el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca) pasando datos a los ejércitos británicos; en la obturación de cualquier tentativa de discutir públicamente la experiencia militar y política de Malvinas y sus lecciones; cuando se atribuye sarcásticamente el desencadenamiento de la Guerra a una decisión descocada de un borracho (Galtieri); y se ve desmalvinización en el olvido de la solidaridad de toda Latinoamérica, excepto Chile. Y muchas más.

– ¿Y cuál es el objetivo de desmalvinizar?
-Era evitar que la corriente de antiimperialismo territorial se desviara peligrosamente hacia el cauce -mucho más peligroso para las potencias que nos exprimen- del antimperialismo económico contra las empresas, los bancos y los monopolios ingleses y de sus aliados yanquis. Había que desactivar ese peligro latente en toda guerra.


“Es muy preocupante que referentes políticos de la Argentina relativicen el tema y le resten importancia”

Sergio Javier Guzmán, licenciado en Ciencias Políticas y docente del Área Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan. Sostiene que las situaciones bélicas “muchas veces son utilizadas por gobiernos para despertar sentimientos nacionales que permitan cohesionar a la población”.

– ¿Cómo ve el rol de la Organización de las Naciones Unidas en el hecho de que las Islas Malvinas sigan en poder de Inglaterra? ¿Es ineficacia o complicidad?
-No pasa por ineficacia, pasa por atemporalidad; no es complicidad, es incompetencia.
Atemporalidad, porque con el devenir histórico la ONU paulatina y cada vez más aceleradamente ha ido erosionando los objetivos para los cuales fue creada y cada vez más es funcional a las potencias, concretamente las occidentales. Incompetencia porque cada vez con mayor frecuencia muestra una insolvencia para dirimir situaciones coloniales absolutamente anacrónicas con estos tiempos. Desde el momento de la creación de este organismo, la delegación argentina presentó una reserva de derechos según la cual Argentina no aceptaba, en ningún caso, que el sistema del Consejo de Administración Fiduciaria, cuyo fin era la administración de la independencia de los denominados “territorios no autónomos”, tenga injerencia o pueda ser aplicado a o sobre territorios que le pertenezcan, ya sea que ellos estén sujetos a reclamo o controversia, o estén en posesión de otros Estados. La ONU es un organismo importante, pero que urgentemente requiere de una renovación a los nuevos tiempos. Cuando esta estructura fue creada hace más de medio siglo, el contexto era otro.

Lic. Sergio Guzmán: «Las causas externas aúnan y consolidan afinidades entre la población. El ejemplo más al alcance es el deporte. Las situaciones bélicas muchas veces son utilizadas por gobiernos para despertar sentimientos nacionales que permitan cohesionar a la población»

-¿Cuál es la importancia económica de recuperar las islas para Argentina?
-El factor económico es uno de los varios aspectos por los cuales el sistema de islas del Atlántico Sur, el cual comprende los archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y hay que recordar que Orcadas del Sur también forman parte del reclamo reivindicativo de soberanía a Inglaterra, es tan importante. La naturaleza que comprende la riqueza ictícola pasando por la fauna y hasta las estimaciones sobre las reservas de petróleo existente bajo la plataforma submarina, tornan toda esta zona como una inmensa porción territorial con riquezas naturales existentes y potenciales de magnitudes extraordinarias. Pero sumado a este factor, y éste que menciono es más importante aún, es que la posesión de este territorio permite proyectar soberanía sobre la Antártida. Estamos literalmente hablando de un continente, y acá la situación nos ubica en un plano donde la reivindicación de derechos soberanos torna este tema indiscutiblemente en una razón de Estado.

-¿Cómo evalúa el rol de los medios en el tema Malvinas?
-Los medios desempeñan un rol fundamental en este tema. Son precisamente ellos el canal que vehiculiza información certera al respecto mediante la difusión de la mirada de especialistas en la cuestión. Basta recordar o estudiar el rol de los medios durante el conflicto para dimensionar el papel que ejercen. Por ejemplo informar acerca de la posición concreta que tuvo la OTAN durante el conflicto, o el papel que desempeña el Comité de Descolonización creado en 1961 por la Asamblea General.

-¿Cree que Malvinas despierta sentimientos nacionalistas en gran parte de la sociedad?
-Las causas externas aúnan y consolidan afinidades entre la población. El ejemplo más al alcance es el deporte. Las situaciones bélicas muchas veces son utilizadas por gobiernos para despertar sentimientos nacionales que permitan cohesionar a la población. Lo que para la dictadura argentina fue un intento de redención propia que terminó en un estrepitoso fracaso y una gran pérdida desde lo humano, económico, político y social; para Margaret Thatcher fue su salvataje político. Malvinas es sin duda una causa nacional y profundamente cara a los sentimientos de todo el pueblo argentino; pero son el diálogo y la diplomacia los canales que se deben abordar para la negociación de la soberanía de un territorio que por antecedentes históricos, jurídicos, geográficos y naturales forma parte del territorio argentino.

-¿Pero hay sectores que buscan una desmalvinización en la sociedad?
-Es muy preocupante que referentes políticos de la Argentina relativicen el tema y le resten importancia o hablen de él con cierto desconocimiento. Hay que encomendar este tema a los cuerpos profesionales con los que cuenta la Cancillería argentina. Hay que seguir enfatizando en el reclamo a partir del logro obtenido con la Resolución 2065 de Naciones Unidas, en la que la ONU reconoce disputa por soberanía e insta al diálogo diplomático. Y también hay que instalar el tema en cuanto foro internacional haya, buscando adhesiones. Eso permite reunir antecedentes al respecto.


“La ONU vio a la Argentina como invasora, cuando en realidad la invasión fue de Inglaterra en 1833”

Analía Fernanda Rodríguez (*) es licenciada y magíster en Historia. Se desempeña como docente en la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ. En el tema de Malvinas, una de sus reflexiones es: “El soldado, generalizando, no muere en el campo de batalla, sino cuando su pueblo lo olvida”.

– ¿Por qué Las Malvinas son argentinas?
-Son argentinas por derecho histórico, soberano y continental. Fueron heredadas de la corona de España luego de nuestra independencia. A través de bulas papales fueron otorgadas a España y, mediante el tratado de Tordesillas, firmado en 1494 entre los reyes de Castilla y los de Portugal, en que establecían una línea imaginaria sobre el Atlántico Sur donde repartían tierras hacia el este y oeste respectivamente. También forman parte del territorio insular y Plataforma Continental Argentina. ¡Creo que los motivos son infinitos para sostener que fueron, son y serán argentinas!

Mg. Analía Rodríguez: «Esperemos que el 2 de mayo, que es el Día de los 40 años del hundimiento del Crucero Belgrano, nos vuelva a unir. Malvinas nos debería unir todo el año… todos los años.»

– ¿Son importantes para un Estado las Malvinas e Islas del Atlántico también por recursos como el petróleo?
-Sin lugar a dudas que lo son. Poseen amplia riqueza marítima y territorial y, principalmente, hoy en día, el tema del petróleo. Pero más allá de ellos, para los argentinos debería ser importante por todas las vidas humanas que se perdieron en defensa de la soberanía.
– ¿El tema Malvinas está “condenado” a ser relacionado siempre con la dictadura cívico militar?
-La verdad es que la historia habla por sí sola. Las condiciones se fueron dando de esa manera, yo creo que fue una muy mala decisión del entonces gobierno de facto, y con la carga que traían las Fuerzas Armadas es inevitable que tengan ese mote al referirse al tema Malvinas.

– ¿Qué sucedió con la Organización de las Naciones Unidas en el mismo tiempo de esa guerra?
-La ONU, mediante la Resolución 502 del Consejo de Seguridad de las Naciones del 3 de abril de 1982, exige el cese de las hostilidades a ambas naciones involucradas y a la vez solicita el retiro de las tropas argentinas de Malvinas. Es decir que vio a la Argentina como invasora, cuando en realidad la invasión la llevó a cabo Inglaterra en 1833.

– ¿Existe un proceso buscado de “desmalvinización” en la sociedad argentina?
-La verdad es que no sabría decir si es puntual con Malvinas, pero la sociedad argentina es de olvidarse de ciertos acontecimientos. Nosotros particularmente llevamos años buscando “malvinizar”, levantar la bandera de la memoria y el no olvido. Tenemos muy en cuenta que el soldado, generalizando, no muere en el campo de batalla, sino cuando su pueblo lo olvida.

-El lema actual por los 40 años dice “Malvinas nos une”, ¿Malvinas nos une?
-Hoy a 40 años nos une, esperemos que el 2 de mayo, que es el Día de los 40 años del hundimiento del Crucero Belgrano, nos vuelva a unir. Malvinas nos debería unir todo el año… todos los años.

(*) Es autora de las tesis “Excombatientes de Malvinas, el antes y después de la guerra” (Licenciatura en Historia) y “Pascuala Agüero, una madre de Malvinas y su lucha por mantener viva la memoria de los sanjuaninos caídos en Malvinas” (Magister en Historia)


“Lo problemático y preocupante es lo que el Reino Unido
está haciendo con las Islas”

Maximiliano Rodolfo Martínez es profesor, licenciado y magister en Historia. Es docente en la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ. “Las Islas son una extensión de la Plataforma Sudamericana que emerge en el Océano Atlántico, y esa extensión nace de lo que actualmente es el territorio argentino”, señala.

¿Qué razones asisten al pueblo argentino para reclamar las Islas?
-La pregunta está conformada por una multiperspectividad de respuestas. Si nos remitimos a lo netamente histórico, son argentinas porque hay incontables antecedentes pretéritos que ameritan esta afirmación. Si bien fueron avistadas por los franceses y su nombre remite al almirante Bouganville, que decidió nombrarlas Malouines en honor a la ciudad de Saint-Malo, quienes tocaron tierra y permanecieron un tiempo en las islas fueron los españoles con la expedición de Alonso de Camargo en 1540. Este antecedente es básico para el reclamo formal de las Islas, ya que después de los procesos independentistas que se dieron en la América hispana, los Estados-nación que germinarían como resultado de este proceso serian herederos de todos los territorios españoles.

Mg. Maximiliano Martínez: «La ONU es ineficaz, cómplice y pasiva en la cuestión Malvinas. Si nos remitimos a lo netamente histórico, casi ningún proceso de descolonización en el mundo se dio pacíficamente y menos aún teniendo a la ONU como árbitro».

– ¿Y en cuanto a la geografía y geología?
-Justamente, otro punto de justificación innegable es el que nos aporta la geología y la geografía. Las Islas son una extensión de la plataforma sudamericana que emerge en el océano Atlántico, y esa extensión nace de lo que actualmente es el territorio argentino.

Además hay reclamos diplomáticos desde el siglo pasado…
-Claro, todos los reclamos diplomáticos que se vienen dando desde principios del Siglo XX. Casi todas las presidencias democráticas argentinas, a excepción de una, han reclamado el derecho inalienable sobre las islas.

La Organización de las Naciones Unidas reconoce una disputa por soberanía e insta al diálogo, sin embargo, no hay novedades…
-Las ideas, como las instituciones, son meras narrativas teóricas si no hay seres humanos que las ejecutan consecuentemente. Con esto quiero decir que la ONU es ineficaz, cómplice y pasiva en la cuestión Malvinas. Si nos remitimos a lo netamente histórico, casi ningún proceso de descolonización en el mundo se dio pacíficamente y menos aún teniendo a la ONU como árbitro. Mediáticamente, Ucrania es un ejemplo fáctico. Si bien desde el 16 de diciembre de 1965, cuando se sancionó la Resolución 2065, donde la ONU reconocía una disputa de soberanía entre el Reino Unido y la República Argentina e instaba a las partes a llegar a un acuerdo y solución pacifica, nunca pasó más allá de letra muerta. Si bien en los últimos años casi todos los países latinoamericanos han bregado por el reconocimiento soberano del reclamo argentino, la ONU se ha comportado como un testigo pasivo ante dicha situación. Difícilmente tome una posición favorable a nosotros sabiendo que hay un “Consejo de seguridad” que negocia cualquier problemática diplomática con un “revolver nuclear” sobre la mesa, y que varios de sus participantes tienen problemas coloniales y de soberanía con otros Estados. Justamente, uno de los integrantes de ese “Consejo” es con quien tenemos la disputa.

– ¿En qué plano sitúa la riqueza de recursos de Malvinas a la hora de insistir en el reclamo por ellas?
-Para Argentina lo económico, en este caso, pasa a un plano secundario, ya que lo primario y urgente es la devolución de las Islas. Lo problemático y preocupante es lo que el Reino Unido está haciendo con ellas. Desde 1982 hasta hoy, el Reino Unido ha explotado indiscriminadamente e ilegalmente los recursos naturales renovables y no renovables de las islas, sumado a una desproporcionada presencia militar en el Atlántico Sur. Uno puede pensar que hay una representación latente de la OTAN en el sur. La razón va más allá de las islas propiamente dichas, hay una proyección futura hacia el continente Antártico. Esta afirmación se sustenta en el ocupamiento espacial de ciertos territorios del hemisferio sur y su influencia directa o indirecta desde puntos geopolíticos como Australia, Nueva Zelanda, Tasmania, Sudáfrica y, por supuesto, Malvinas el trampolín más cercano al continente blanco.