Manchas solares y fenómeno del Niño: una relación que sale a la luz

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El investigador de la UNSJ Oscar Dölling realizó un trabajo en el cual concluyó en que existe una fuerte correlación entre la actividad solar y el fenómeno del Niño, responsable de mermas de nevadas en San Juan. En esta entrevista cuenta que, mediante ese descubrimiento, ahora será posible pronosticar estos fenómenos a largo plazo. Otro de sus hallazgos es que el sol tiene algo así como una “doble memoria”, lo cual puede ayudar a predecir su comportamiento a futuro y su impacto en el clima. Relación entre manchas solares y escurrimientos. El caudal del Río San Juan este año.

Por Fabián Rojas

El trabajo de Oscar Döliing se denomina “Tendencia de escurrimientos en Argentina – Año 2014”. En el estudio, el investigador, quien es director del Programa “Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, Ingeniería Hidráulica y Ambiental”, de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, realizó un análisis del número de manchas solares y del promedio anual del indicador ONI (Oceanic Niño Index). De ese análisis y de la comparación de las series históricas de ambos patrones extrajo distintas conclusiones acerca de la actividad solar y su impacto en el clima. Esa actividad está marcada por ciclos.

-Empecemos por lo básico: ¿qué es un ciclo solar?
-Nuestro Sol fusiona Hidrógeno en Helio a razón de 4.654.000 toneladas por segundo, esta fusión libera 4.000 toneladas de Helio sobrante que son lanzados al espacio en forma de luz y calor, energía termonuclear de la que una parte llega al planeta Tierra y hace posible la vida e impacta en el clima. El plasma solar es un complejo sistema dinámico autoorganizado que mantiene un equilibrio termodinámico y cuya evolución temporal tiene una fuerte dependencia de la historia previa del sistema (memoria). El plasma es un estado de la materia similar a un gas, pero en el que una fracción más o menos grande de los átomos que lo componen se encuentran ionizados, es decir, son partículas cargadas y sensibles a campos eléctricos y magnéticos. El sol es como una gran dínamo cuyo campo magnético cambia su dirección de polaridad, se invierte, cada 11 años aproximadamente, lo que altera la actividad solar. Esto se conoce comúnmente como ciclo solar y yo lo denomino ciclo Tipo III.

-Bien, ¿allí radica parte de su descubrimiento?
-Sí. En cada ciclo solar se observan cambios e inestabilidades no lineales que generan “manchas solares”, las cuales están asociadas a los tubos magnéticos que suben a la superficie del Sol desde el interior. La secuencia temporal de estas inversiones es, sin embargo, mucho más complicada que una simple variación periódica, y exhibe correlaciones temporales de largo alcance o ciclos mas largos, que son los ciclos de Tipo I y II que he descubierto al unir los máximos de los ciclos Tipo III. Es decir que el sol al parecer tiene además una doble memoria de largo plazo, algo muy interesante y que puede ayudarnos a predecir su comportamiento a futuro y su impacto en el clima futuro también.

-En los ciclos solares se producen manchas, ¿qué es una mancha solar?
-Es una región del sol de intensa actividad magnética, a simple vista aparece como una mancha, una región mas oscura en el sol. Llegan a medir varios miles de Km de diámetro. Parecen más oscuras que el resto del sol por contraste con la fotósfera. En general las manchas están relativamente inmóviles con respecto a la fotósfera y participan de la rotación solar. Cada mancha solar puede aparecer, crecer, o cambiar de dimensiones y de aspecto, y luego desaparecer tras haber existido en una o dos rotaciones solares, es decir, un par de meses aproximadamente.

-Y en esta actividad solar usted logró otro hallazgo, relacionado con el fenómeno del Niño…
-Exactamente, algunos investigadores incluso hasta intentan negar esta correlación. Mi trabajo fue encontrar evidencias que comprueban que esta correlación existe. Lo interesante en esta búsqueda fue que encontré correlaciones muy fuertes, del orden del 98 por ciento, entre los máximos de actividad solar y las anomalías de temperaturas máximas (medias anuales) del indicador ONI (Oceanic Niño Index) calculado por la NOAA, (National Oceanic and Atmospheric Administration) y los desfasajes fueron de unos 6 años entre pico de actividad solar y pico de anomalías de temperatura. Esto implica que podremos ahora pronosticar los fenómenos Niños y sus intensidades a largo plazo, algo sumamente importante y de alto impacto económico y social.

-Hay fenómenos muy pronunciados, como las fuertes nevadas recientes en Estados Unidos, ¿a partir de los ciclos solares puede establecerse que en el pasado también se dieron estos fenómenos?
-Exacto, no solo el Sol tiene memoria, la atmósfera y los océanos también, esto significa que el clima experimentará, no idénticas, pero sí parecidas condiciones de comportamiento en forma cíclica en función de la etapa del ciclo solar actual y del ciclo pasado. También hemos descubierto que la atmósfera “copia”, por así decirlo, el comportamiento solar pasado, pero con un importante desfasaje en tiempo. Es entonces que nos detuvimos a observar las correlaciones entre los ciclos solares, la forma de la evolución de actividad y descubrimos que esto impacta muy significativamente en la forma en que la atmósfera reacciona. El desfasaje ha sido mayor a principio del siglo pasado y se ha reducido a unos 6 o 7 años actualmente.

-¿Existe una relación entre manchas solares y escurrimientos?
-Sí, en definitiva. A partir del análisis del comportamiento pasado y presente de las manchas solares es posible construir un modelo que correlacione este comportamiento con la respuesta de la temperatura del Océano Pacífico en la Zona Ecuatorial. Esto permite a su vez, por comparación con años de igual comportamiento en los últimos 6 años, seleccionar lo que denominamos “años candidatos”, es decir, años en los que lo que se observó a nivel de actividad solar y temperatura de los océanos una evolución similar de los indicadores en los últimos 6 años. Desde hace ya 4 años hacemos una previsión de tendencia climática basada en este principio de inercia o “memoria” y ha dado excelentes resultados cuando comparamos los años candidatos con los escurrimientos de los años observados. De allí la relación manchas solares-escurrimientos, es una relación directa en donde tenemos en el medio todo un completo sistema inercial no lineal sol-atmósfera-océanos-precipitaciones-escurrimientos.

-¿Cómo será 2014 en cuanto a actividad solar?
-Este año es de transición triple, es decir comienza un período de inactividad solar coincidente en los 3 ciclos (tipo I, tipo II y tipo III), esto lo hace triplemente complejo para determinar tanto la duración como la magnitud del número de manchas solares en este período. Sabemos que este período de inactividad solar (que es en realidad menor actividad) durará al menos hasta el 2018.

-¿Y eso en qué influye?
-Esto significa que tendremos años neutros en las anomalías del Pacífico o si comienza alguna oscilación en más o en menos en la temperatura superficial del pacífico ecuatorial zona 3-4 (Niño o Niña) las magnitudes no serán importantes. El tema es qué pasará después de esta transición. Algunos investigadores especulan incluso con el comienzo de una época de miniglaciación (actividad solar nula, es decir, sin manchas solares); otros, con un aumento súbito de la actividad solar. Sólo tenemos un ejemplo hacia atrás que indica que el Sol volverá a aumentar su actividad (en 1906), pero no tenemos más por ahora, nos falta mucho por aprender, pero estamos en el camino correcto.

-De acuerdo al estudio, ¿en el Río San Juan habrá menos caudal este año?
-De acuerdo a los años candidatos seleccionados, San Juan experimentará pocas precipitaciones níveas este año 2014, esa es la tendencia general que muestran los indicadores hoy. Estas tendencias son dinámicas y deben actualizarse al menos trimestralmente, lo ideal es hacerlo mes a mes.

-Volviendo a la actividad solar, ¿cómo engarza este tema respecto de lo que se habla sobre cambio climático?
-El tema “cambio climático” ha inundado la opinión pública e incluso ha multiplicado el interés por conocer qué pasará con el clima en un futuro cercano o lejano. Esto ha disparado un sinnúmero de especulaciones sin fundamentos físicos. Podemos decir, basados en lo que hemos observado, que el calentamiento de la atmósfera global o su enfriamiento dependen directamente de la actividad solar, la cual explica prácticamente el 90 por ciento, el resto son variabilidades de temperatura atmosférica propias de cualquier sistema físico. Hoy, bajo la luz de todas estas evidencias, no se puede seguir insistiendo sobre un calentamiento global debido exclusivamente al aumento de los denominados Gases de Efecto Invernadero (GEI). Los GEI no explican por qué la temperatura media global se ha mantenido constante durante los últimos 13 años; sin embargo la caída de actividad solar sí tiene su relación directa con este comportamiento de la atmósfera, ya que desde 1990 hasta hoy los máximos de los ciclos solares de 11 años disminuyeron como pudimos comprobar en nuestra investigación.

Río San Juan, el de mayor déficit hídricoLa información desprendida del trabajo de investigación fue enviada a la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación y a distintos hidrológos de las centrales hidroeléctricas más importantes (Yacyretá, Salto Grande). Esto es así porque el estudio contiene tendencias de escurrimientos de ríos de Argentina para 2014. Distintos cauces, como el Paraná, Neuquén, Pilcomayo, Uruguay, San Juan, Mendoza, entre otros, presentan tendencias a déficit hídrico en diferentes porcentajes. Pero el Río San Juan es el más afectado, con un 53 por ciento de déficit anual. El Río Mendoza, por ejemplo, presentará un 16 por ciento de déficit, mientras que el Paraná un 18 por ciento.