Artista sin barreras

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Fátima Garro está por recibirse de profesora de guitarra en la UNSJ y ensaya su próximo show con repertorio latinoamericano. Durante la cuarentena se reinventó y comenzó a trabajar vendiendo productos por catálogo en modo virtual.

Por Francisco Lahti

Cuando Fátima Garro nació en San Martín, su familia se enteró que no podría ver pero esto nunca fue un impedimento para cumplir todo lo que se propuso. Y ni la pandemia logró detenerla. Fátima ya proyecta su próximo show para el año que viene, pleno de canciones de Latinoamérica.

No es una artista conformista, siempre está incursionando en diversos géneros. “Empecé con el folclore, luego hice rock, pop y ahora estoy con la música latinoamericana. Este año armé un repertorio de canciones como ‘Manifiesto’ de Víctor Jara, ‘Doña Froilana’ de Teresa Parodi, ‘A primera vista’ de Chico Cesar, ‘Nunca es suficiente’ de Natalia Lafourcade, ‘Darte Luz’ de Elizabeth Morris, ‘Plegaria para un niño dormido’ de Spinetta, entre otras. Tengo ganas de presentar este repertorio en algún lugar de manera virtual o presencial si es posible”, señaló la cantante.

Para Fátima no existen las barreras para ser feliz. En los inicios de esta cuarentena, Fátima se abocó de lleno a los estudios. Se concentró en las asignaturas “Guitarra” y “Música de Cámara”, dos de las tres materias que le faltan para recibirse de Profesora de Guitarra en la Universidad Nacional de San Juan. En 2014, fue la primera alumna de la UNSJ en estudiar con partituras en braille.

“Comencé con un emprendimiento personal, la venta de cosméticos por catálogo. Tomé algunas clases de canto, hice capacitaciones de venta. Ahora estoy abocada al emprendedurismo, me encanta solucionarle problemas a la gente. Gracias a este proyecto descubrí mi potencial como emprendedora porque antes ni siquiera me veía como emprendedora cultural”, agregó.

Para el año que viene sueña seguir creciendo en las ventas. Quiere formar su propia red de liderazgo donde puedan ingresar al negocio personas con discapacidad y formar una red de inclusión dentro de la empresa. “Me está costando bastante por la discriminación y falta de respuesta de la empresa para cambiarme de sector pero la voy remando como puedo”, confesó.

También proyecta seguir capacitándose en el Coro Polifónico Nacional para Personas Ciegas de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación.


La experiencia en el subte porteño

En 2018, Fátima viajó a Buenos Aires a concursar dos cargos en el Coro Polifónico Nacional de personas ciegas. Quería vivir además la experiencia de tocar en el subte. “Hablé con un amigo que se dedica a eso: Diego Stanley para poder tocar con él. Fuimos a tocar en la Línea D. Me paré en el subte sin saber qué canciones iba a cantar pero me dejé llevar. En un ‘ataque de sanjuaninismo’ decidí cantar la tonada ‘Sin sol’. La gente aplaudió, lo cual para mí fue una experiencia innovadora porque no sabía cómo iban a reaccionar. Aplaudieron y fue genial, una experiencia sensacional”, contó la artista.

“Me sentí bastante segura y tranquila, fui a divertirme. Me hacía sentir protegida estar acompañada por Diego, quien ya tenía experiencia y me iba guiando para no golpearme mientras tocaba. También estaba mi amiga Valeria que filmaba y recaudaba. Fue un juego, por eso creo que en inglés tocar y jugar se dicen igual: play. Hoy, pensándolo fríamente, creo que fue una experiencia muy arriesgada pero quedaron recuerdos maravillosos”.