“La oferta argentina es sustentable y los inversores lo reconocen”

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El economista de la UNSJ Fabián Saffe habla de la deuda externa a un día del 22 de mayo, que era clave para un acuerdo con los acreedores y evitar el default.

 

Por Fabián Rojas

El Banco Mundial recientemente nombró como economista Jefa a Carmen Reinhart, nacida en Cuba, quien formó parte del grupo de prestigiosos economistas del mundo que avaló la propuesta argentina ante los acreedores para la restructuración de su deuda externa. No vienen mal esos apoyos, sumados a un escenario crítico de pandemia mundial que también juega a favor de la posición de este país en la negociación. “Premios Nobeles de Economía han salido a decir que la oferta argentina es sustentable. Sustentable significa que luego, de haber un crecimiento de la economía argentina, los intereses a pagar de la deuda alcance no más del 4 por ciento del PBI. Esta es una variable para entender qué se dice cuando se habla de que la oferta argentina es sustentable”, sostiene Fabián Saffe, economista, docente e investigador de la UNSJ, a un día del resonante 22 de mayo, en que debía cerrarse la negociación con los acreedores.

 

22 de mayo: no tan límite  

El 22 de mayo estaba previsto para terminar el acuerdo y que Argentina cierre acuerdo con la mayoría de los bonistas. Sin embargo, Fabián Saffe dice que la fecha no es tan límite porque es una más en un proceso de negociación. “Los fondos quieren un bono nuevo que al menos signifique que de 100 dólares que prestaron por lo menos se les reconozca 50 o 55, y la Argentina les ofrece un bono que rinda entre 44 o 45. Premios Nobeles de Economía han salido a decir que la oferta argentina es sustentable. Sustentable significa que luego, con un posible crecimiento de la economía argentina, los intereses a pagar de la deuda alcancen no más del 4 por ciento del PBI, porque más de eso no se puede pagar. Esta es una variable para entender qué se dice cuando se habla de que la oferta argentina es sustentable. Por eso es que el FMI, el Club de París, la Cepal y economistas nobeles opinan que la oferta es sustentable y de buena fe. Y los inversores, aunque sea implícitamente, lo reconocen. Por eso también hoy hay una especie de optimismo en el mercado”, explica.

 

Extorsiones

Pero claro, también está ahí la contraposición de los bonistas. El economista dice que los tenedores de bonos saben que Argentina va a tener que aumentar su gasto público para salir de los efectos del parate de la pandemia. “Saben que, en este contexto, Argentina tiene que emitir para aumentar ese gasto y saben que la emisión tiene poco margen porque si esa emisión se va al dólar paralelo, al Contado con Liqui o al Dólar Blue, la brecha se agranda, supera el 70 por ciento y se encienden los mecanismos especulativos, como no querer liquidar la cosecha de soja, que dejan al gobierno con poco margen para emitir. Porque esa emisión haría disparar más el tipo de cambio y cuando eso pasa se empieza a disparar la expectativa de devaluación, después viene la inflación y el desabastecimiento. Y es ahí donde, para mí, radica el principal factor de extorsiones de estos fondos”, sostiene Saffe.

Luego el docente remarca que todos esos síntomas se resumen en dos palabras: “Estrés financiero”. Los fondos saben que Argentina está sometida a ese estrés, producto de una deuda colosal, por no tener ni generar dólares (restricción externa) o por tener que emitir. “Cuando una economía cae en default, ese estrés se incrementa. Como expresó un fondo de inversión: ‘Sabemos que te podemos hacer daño y esperar a un próximo gobierno’. Y ahí es donde está la extorsión para poder llegar a sacar la mayor cantidad de dinero”, dice.

No todos los grupos de inversión son iguales, refiere Saffe. Algunos van a querer ir al default y a la negociación con litigio. “Es decir, al estilo Griesa, ir a un tribunal extranjero a obtener un triunfo que implique ganar suculentas fortunas como lo hizo Paul Singer en 2015. Con ellos, casi que no hay negociación posible”, recuerda. Pero dice que por otra parte “hay inversores que sí tienen que necesariamente negociar con la Argentina, y ahí está un poco el lado positivo de esto”.

 

Otro escenario

Organismos, inversores y voces económicas relevantes internacionales lucen de acuerdo con que el escenario de pandemia no es el mismo del de cuando Argentina se endeudó, por lo cual no se puede sostener que sí o sí hay que pagar como se quedó anteriormente. “El reconocimiento de que se tiene que renegociar es para Argentina y todo el mundo que esté endeudado. El caso argentino es el primer caso de un problema que se va a repetir después, que es cómo reestructurar todas las deudas. Por esto los inversores no pueden apretar tanto a la Argentina, porque el default de este país sería precedente para que todos los que vengan después hagan lo mismo. Entonces hay un margen de negociación. Esto se manifiesta en que hay una propuesta argentina y una contrapropuesta de los inversores. Si hay una contrapropuesta, significa que hay diálogo”, estima Fabián Saffe.