El sexto cometa

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La astronomía de San Juan, a través de un observatorio de la UNSJ, descubrió otro cometa. Se llama Master. “Desde la antigüedad se estudian los cometas por su importancia, por lo primitivo en el sistema solar”, dice el Director del Observatorio Astronómico “Félix Aguilar”.

 

Por Fabián Rojas

El nuevo (para la humanidad) Cometa Master fue oficialmente reconocido el reciente 8 de abril por la Comisión de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional. Se atribuye su descubrimiento al Telescopio Master instalado en la Estación de Altura Carlos Ulrrico Cesco, ubicada en El Leoncito, en Barreal – Calingasta, y dependiente del Observatorio Astronómico “Félix Aguilar” (OAFA) de la UNSJ. “Este cometa recién está llegando al sistema solar; ha pasado ya por la órbita de Júpiter. El máximo (de cercanía) va a ser alcanzado aproximadamente por los primeros días de julio de 2021, cuando alcanzará una magnitud de 14,5 o 14,7, aunque esto no es muy predecible aún. Pero no se va a poder observar a simple vista”, cuenta Ricardo Podestá, director del OAFA.
“Para que se vea un cometa, éste debe estar transitando de manera visible, de noche, por el Hemisferio Sur. Estadísticamente la mitad de la cantidad de cometas se ve en el norte y la otra se ve en el sur. A simple vista solamente se alcanzan a ver cometas de magnitud 5”, señala Podestá. Es decir, los astros tienen una clasificación en magnitud que depende del flujo luminoso que se recibe de ellos. Podestá enseña que se trata de una escala logarítmica, como el ojo humano, que ve de esa forma. “Desde magnitud 1 hasta 5 se representa lo visible de los astros. Lo mínimo que podemos ver en el cielo a simple vista es magnitud 5. La diferencia de cinco magnitudes representa una diferencia de brillo de cien”, explica. “En estos momentos en el norte hay un cometa llamado Atlas. Es de magnitud 8, es decir que se puede ver sólo con telescopios”, agrega.
En cambio, el Máster es un cometa que tiene magnitud 16. Es decir que está muy lejano, a 750 millones de kilómetros de la Tierra. “Cuatro veces la distancia del Sol a la Tierra”, grafica el Director del OAFA. Y añade: “Estos son los cometas más difíciles de descubrir porque, justamente, están lejos. Y es complicado diferenciarlos de una estrella. Solamente es posible con alta tecnología, como la del Telescopio Master ruso, con un sistema de telescopios distribuidos en todo el mundo, y con software muy rápido de observación y de comparación, porque el Master toma una imagen del cielo y la compara con una base de datos enorme que tienen en Rusia. Así establecen si esos objetos son conocidos o no”.

 

Estela del descubrimiento

El Master, telescopio que recorre el cielo de forma automática (es un robot), no sólo compara permanentemente sino que se comunica con la red de ocho de esos instrumentos existentes en el mundo. “Por supuesto, cuando acá es de noche, los telescopios rusos no están trabajando porque allá es de día, mientras acá están observando. En el Hemisferio Sur hay dos telescopios Master, el de San Juan y uno en Sudáfrica. Cuando se descubre un objeto extraño, no conocido en la base de datos, comienza un seguimiento. En este caso se usó toda la red desde principios de marzo y el Master del OAFA logró a fines de ese mes la primera imagen del cometa. Por eso el descubrimiento del cometa se atribuye a San Juan. Aunque en realidad, San Juan ha recibido también información del resto de estos telescopios que están en red”, detalla Podestá.

 

Visitas esporádicas

Desde el Hemisferio Norte no pueden observarlo. Es que el Cometa Master es muy austral, está bien al sur, en la Constelación de Ave del Paraíso y tiene una declinación de -80 grados. “Esto significa que está muy cerca del Polo Sur Celeste y es visible durante toda la noche, en cualquier momento hasta julio. Como los cometas se han formado de la nube primigenia inicial que se fue condensando por gravedad y formó el sistema solar, quedaron afuera de este sistema y por gravedad a alguno de vez en cuando se le ocurre visitarnos en su paso cercano al Sol y lo podemos observar. Entonces el estudio de cometas es muy importante porque nos da información sobre el origen del sistema solar. Desde la antigüedad se estudian los cometas por la importancia que tienen, porque se trata de algo prístino, primitivo, algo que está tal cual como se formó el sistema solar hace cinco mil millones de años”, enseña el Dr. Ricardo Podestá.

 

Se cortó la sequía

El astrónomo de la UNSJ comenta que luego del Cometa McNaught, último observado en enero de 2007 en el Hemisferio Sur, no hubo otro visible, así con esa espectacularidad que suele observárseles a los cometas a ojo desnudo. “McNaught desplegó una cola hermosa; se vio muy bien desde este hemisferio”, dice Podestá. Sin embargo, pese a la lejanía del ahora hallado Cometa Master e imposibilidad de verlo a simple vista, el Director del OAFA destaca su importancia “porque ya teníamos una sequía de más de 40 años en cuanto a descubrir cometas; pero con el telescopio ruso Master este es el primero y van a haber más”, se entusiasma Podestá. Los Telescopios MASTER – OAFA comenzaron a operar dentro de la red global MASTER desde junio de 2016 en la localidad de El Leoncito. Para ello, hubo un acuerdo de cooperación internacional entre el OAFA y la Universidad Estatal de Moscú, de Rusia.

Con el telescopio Astrógrafo Doble de la Estación Carlos Ulrrico Cesco, de la UNSJ, desde que comenzó a trabajar en 1965, se descubrieron varios asteroides y cinco cometas: Klemola en 1965, Araya en 1972, Gibson en 1973, Cesco en 1974 y Sanguín en 1977.

Imagen de portada: En la imagen, al centro, puede observarse el Cometa Master, con la cola hacia abajo apareciendo muy tenue. Fue tomada por Ricardo Contreras (Garín, provincia de Buenos Aires) con un refractor apocromático de 150 mm. Es un telescopio con sistema que elimina la aberración cromática.