Controlar antes que matar

Comparte

Dos investigadoras de la UNSJ sostienen que hubiera sido mejor tomar medidas en tiempo para evitar hoy sacrificar aves. Se refieren al caso de Madrid, donde planean eliminar miles de cotorras argentinas.

 

En Madrid este año sacrificarán 12 mil cotorras argentinas. Hay preocupación allí porque, argumentan, los nidos de las cotorras pesan hasta doscientos kilos y al caerse eventualmente desde ciertas alturas pueden provocar graves consecuencias a las personas; además son transmisoras de enfermedades y compiten agresivamente con el resto de la diversidad de aves por alimentos. “Acá también hacen nidos muy grandes”, dicen Verónica Blanco y Laura Reus, docentes e investigadoras de la Facultad de Ciencias Exactas. Físicas y Naturales de la UNSJ. “Pero si hubo un crecimiento muy grande de cotorras –continúan-, es porque no hubo controles poblacionales. Esas especies se introducen en los lugares porque la gente las compra y luego las libera; así, se van reproduciendo y adaptándose a los ambientes. Las especies exóticas generalmente se introducen en los ambientes porque alguien las lleva ahí. Y así como nosotros nos vamos expandiendo en las ciudades, las aves sufren esa invasión nuestra y se tienen que ir adaptando”.

Las cotorras (catas) en España serían aves “exóticas”. Acá son nativas, su origen es de América del Sur. Las especialistas sostienen que si se prevé oportunamente, no es necesario llegar a la instancia de tener que sacrificar aves. “Mediante anticonceptivos se puede ir controlando las poblaciones de aves, se puede ir disminuyendo su número en el tiempo. La verdad es que acá no estableceríamos esto de matarlas, porque además tampoco sirve porque las poblaciones luego aumentan más. Es preferible ver, de acuerdo a la especie, los hábitos de las aves, los lugares que usan para nidificar, su comportamiento, la ecología y así ir tomando medidas para que no se reproduzcan. Ninguna medida de control poblacional ha dado resultado usada individualmente. Lo que da resultados es el conjunto de medidas de control de acuerdo a los hábitos y conductas de cada especie».

 

Palomas

Antes de empezar a restaurarlo, en el Edificio 9 de Julio del microcentro sanjuanino había un gran nido de palomas exóticas, cuyo nombre científico es Columbia livia. El tema de preocupación para el municipio de la Ciudad es la vinculación entre las palomas, las vinchucas y la enfermedad de Chagas. “Mientras las palomas tengan espacio, con alimentos originados en desperdicios de la gente, las poblaciones van creciendo. El medio urbano favorece el incremento de estas especies. Sumado a que el ambiente árido le ofrece poca oferta de alimetno. Por ello cada vez más se radican en las ciudades”, comentan Blanco y Reus.

Las investigadoras señalan que las palomas exóticas son aquellas que tienen un color liso y bandas en las alas; son originarias de Europa aunque ya están naturalizadas en San Juan. Las otras palomas, las nativas, de las que hay distintas especies, tienen en sus alas manchas blancas. “Las nativas generalmente hacen nidos en palmeras y otros árboles; en cambio las palomas exóticas anidan en los tanques de agua de edificios, en ventanas y sobre los cascos de aires acondicionados. En San Juan se ha estado trabajando en el control de población de aves mediante anticonceptivos”, refieren las biólogas. Y añaden: “Las palomas son como reservorios del Chagas. A estas aves, cuando se infectan de Chagas, esa enfermedad no las afecta, siguen viviendo con ella; y las vinchucas, que anidan en los palomares, al picar a las palomas se contagian. Luego existe el riesgo de que las vinchucas infectadas llegan a los domicilios”.


Imagen: Fuente RTV.es