Camino a la restitución de nuestros ancestros a su morada

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En julio pasado se realizó en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño el Primer «Conversatorio Intercultural acerca de las políticas patrimoniales sobre el cuerpo indígena». Las organizadoras del encuentro presentan aquí las conclusiones.

 

Por Carina Jofré y Nadia Gómez

Bajo la consigna “Camino a la restitución de nuestros ancestros a su morada” el Primer “Conversatorio Intercultural acerca de las políticas patrimoniales sobre el cuerpo indígena” congregó a comunidades indígenas locales del Pueblo Nación Warpe y del Pueblo Nación Ranquel, investigadores arqueólogos/as y antropólogos/as y funcionarias de administraciones patrimoniales de otras provincias, autoridades y consejeras superiores de la Universidad Nacional de San Juan. En esta oportunidad compartimos las conclusiones de aquel encuentro, en ellas se plasma la necesidad de poner en agenda las restituciones de cuerpos indígenas como parte de la reparación histórica de los pueblos indígenas diezmados luego de la conquista y colonización española en el siglo XV, hecho fatídico que se conmemora este 12 de octubre.

 

Conclusiones del Conversatorio Intercultural

El tratamiento de la temática referida a las políticas patrimoniales sobre el cuerpo indígena es parte de un debate postergado en la Provincia de San Juan y en la Universidad Nacional de San Juan. Su planteamiento por parte del Pueblo Nación Warpe expresa la necesidad de revisar urgentemente las políticas de conocimiento moderno coloniales capitalistas y patriarcales que informan las políticas de patrimonio ensayadas todavía en San Juan. La cosificación del cuerpo indígena, su exotización en las colecciones y exhibiciones de museos, su saqueo permanente de sus moradas ancestrales o el trato indigno de ciencia, lesiona seriamente nuestros derechos plenamente reconocidos por la Argentina y el derecho internacional vigente, y sobre todo lesiona la memoria colectiva por la cual nos reconstruimos hoy como pueblos naciones preexistentes al estado nacional argentino.

En este conversatorio se planteó que la larga trayectoria de defensa de los ancestros realizada desde de la década de 1990 por esta Comunidad Warpe del Territorio del Kuyum, es anterior a la demanda presentada en el oficio 01-7750 del año 2011 en la Universidad Nacional de San Juan y demuestra una constancia en la lucha por la defensa de los territorios y su memoria ancestral.

El reclamo por las restituciones de los cuerpos en el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo “Profesor Mariano Gambier” dependencia de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ, ha tenido un largo camino que ya lleva ocho años sin una resolución en relación a lo planteado en la Ley 25.517 y su decreto reglamentario 701/10. La defensoría del Pueblo de la Nación ha emitido una resolución, la 106/ 2017, recomendando que “se proceda a la restitución inmediata de los restos mortales que se encuentra en el Museo Arqueológico Mariano Gambier correspondientes a los antepasados de la Comunidad Warpe del Territorio del Kuyum”.

Por su parte, el Consejo Superior de la UNSJ, desde 2017, ha tomado cartas en el asunto al crear la Comisión Ad hoc encargada de trabajar para la aplicación la ley nacional 25.517 en el ámbito de la UNSJ y la creación del Consejo Asesor Indígena. No obstante, hasta el momento la FFHA y el mencionado museo no han cumplido lo acordado en las reuniones efectuadas en 2018 para avanzar en el diálogo camino a las restituciones de los cuerpos, según lo sugerido también por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Mientras que la Secretaría de Cultura y la Dirección de Patrimonio dependientes del Ministerio de Turismo y Cultura del Gobierno de San Juan siguen expresándose contrarias a las restituciones de cuerpos y a la acogida de nuestras demandas.

Como se ha planteado ya, la ley 25.517 ha sido fruto de la demanda indígena, y en ella se ha logrado fijar un piso común para establecer criterios para llevar a cabo las restituciones de cuerpos a las comunidades que los demandan, aun en provincias que no han adherido a dicha ley. El primer punto y el más importante es que se establece que:

Los restos mortales de aborígenes, cualquiera fuera su característica étnica, que formen parte de museos y/o colecciones públicas o privadas, deberán ser puestos a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que lo reclamen”.

Esto ha sido reconocido por todos los códigos deontológicos y de ética de las asociaciones profesionales de antropología y arqueología en Argentina. Así, por ejemplo, el Punto 11 del Código Deontológico de la AABA (Asociación de Antropología Biología Argentina) establece que:

“Se debe mantener y promover una interacción positiva con las comunidades o sectores de la sociedad que reclamen un vínculo de pertenencia con restos humanos específicos, independientemente de su origen étnico, respetando sus preocupaciones, costumbres, credos y valores, en la medida en que esto no implique incurrir en actos ilegales ni contradecir este Código o los derechos humanos fundamentales”.

En provincias como La Pampa, las reparticiones de administración patrimonial, en acompañamiento de investigadores/as arqueólogos/as y antropólogos/as sentaron las bases de sus acuerdos comunes en este reconocimiento primero de la legitimidad de estas demandas y del reconocimiento a las auto-adscripciones étnicas de los propios demandantes. Creemos que este es la primera acción para un camino de respeto mutuo: la erradicación de los racismos y prácticas discriminatorias implicadas en la negación de las identidades de quienes reclaman el respeto y la dignidad humana. El derecho a la identidad es un derecho humano básico tanto para los sujetos de hoy como para los de ayer.

Todos los debates planteados en este conversatorio, y a partir de las experiencias de las demandas warpes, ranqueles, tehuelches-mapuches, guaraníes y charrúas, relatadas por los y las investigadores, y hermanos indígenas, presentes en este encuentro, reforzamos nuestro convencimiento de la necesidad de aunar los reclamos de los cuerpos de nuestros ancestros con la toma de conciencia de la “dignidad humana” que es necesario recuperar para así, y solo así, poder reconstruirnos como pueblos dignos. Las demandas por la mejor calidad de vida de nuestras comunidades, la falta de acceso al agua, a la tierra, a la educación, a la salud, y a los medios para poder reproducir la vida en nuestros territorios, no pueden ser desvinculados de la demanda por “la restitución de nuestros ancestros a su morada ancestral”. Esta consigna es una consigna por la vida, no por la muerte. Por la reproducción de la vida en el cuerpo mismo de nuestra memoria colectiva ancestral anidada, hecho cuerpo en el territorio.

Finalmente quedó plasmado en las conclusiones del conversatorio intercultural la voluntad de todas las autoridades del pueblo warpe presentes acerca de la necesidad de que las restituciones de los cuerpos nuestros ancestros sea considerada una demanda transversal a nuestra pertenencia a la tierra y el territorio, y por lo tanto, remite directamente a nuestro derecho a la consulta previa, libre e informada sobre las investigaciones, estudios y otras acciones que se hacen en nuestros territorios.