Cuando el mundo tira para abajo

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Hoy se cumplen 43 años de La noche de los lápices, de esos días de tortura y desapariciones padecidos por estudiantes secundarios en La Plata. Fue al poco tiempo de haber tomado el poder la última dictadura cívico militar. A propósito de la época, Jorge Catnich, secretario Académico de la Sede Jáchal de la UNSJ, relata cómo desapareció su hermano Juan Carlos, un cientista de la educación.

 

Por Fabián Rojas

“Las universidades en tiempos de dictadura siempre fueron atropelladas por el poder”, dice Jorge Catnich. Y que alguien dé testimonio de ello en San José de Jáchal, territorio capital de la Delegación Valles Sanjuaninos de la Universidad Nacional de San Juan, es la razón por la que el coordinador Académico de esa Sede Jáchal de la UNSJ fue invitado a reflexionar sobre el período 1976 – 1983, de la dictadura cívico militar en Argentina. Pero hay otro motivo, de peso, y es que Catnich puede contar también sobre su hermano desaparecido en aquellos tiempos. El día elegido en Jáchal es este lunes 16 de septiembre, en la Escuela Normal “Fray Justo Santa María de Oro”. Es la misma fecha en que 43 años atrás en La Plata la dictadura blandía el terror contra un grupo de estudiantes secundarios, en horas tremendas que quedaron inmortalizadas como “La noche de los lápices”.

Geólogo Jorge Catnich
Geólogo Jorge Catnich

Juan Carlos, el hermano del geólogo Jorge Catnich, no era un estudiante que reclamaba por el boleto estudiantil como aquellos pibes y pibas de La Plata secuestrados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Pero sí era un reciente egresado de la universidad pública, de la Universidad Nacional de Córdoba, como licenciado en Ciencias de la Educación. Cuatro años mayor que Jorge, Juan Carlos vivía en Córdoba, en una casa junto a su pareja Leonor Landaburo (la llamaban Noni) y otros militantes peronistas. El terror se desencadenó cuando los militares asesinaron en la calle a la hermana de la pareja de Juan Carlos. “Cuando eso ocurrió, volaron de donde vivían y efectivamente a los dos días los militares cayeron a la casa a buscarlos”, cuenta Jorge.

 

Desapariciones

Se fueron a Buenos Aires. Allí Juan Carlos buscó trabajo y logró ingresar al Ferrocarril Mitre, en la Estación José León Suárez. “En el galpón donde trabajaba también había un pibe que era abogado, otro que era sociólogo, era como muy evidente”, razona Jorge, insinuando la militancia social de esos trabajadores con los que se juntó su hermano. Varios militantes, entre ellos Juan Carlos y Noni, quien estaba embarazada de siete meses, vivían juntos en una casa de Flores. El 31 de julio de 1977, a las 6 de la mañana, un grupo de tareas sacó de la casa a un compañero de Juan Carlos junto a su esposa y a una hermanita de esa mujer. A media mañana secuestraron a otro joven de la casa. “Mi hermano estaba en su turno en el trabajo. A las 11 de la mañana se lo llevaron de talleres del ferrocarril. Los secuestradores se acreditaron ante él como agentes de la Policía Federal que se lo llevaban porque iban a investigar un robo de materiales a Retiro”, relata Jorge. Su hermano Juan Carlos no volvió nunca más. Tenía 27 años. Con su llave arrebatada, el grupo de tareas entró en aquella casa a la tarde y secuestró a Noni. Luego su bebé fue apropiado por los militares.

Por supuesto, en San Juan Jorge se enteró y viajó a Buenos Aires. De allí en más, es conocida la historia. Se conoce por las Madres, por las Abuelas, por los familiares, por el cine; esa de deambular por edificios grises de ciudades marrones para cosechar un “no sabemos nada” o el clásico “algo habrán hecho”.

 

Vanesa Aballay, secretaria de la Sede UNSJ Jáchal, también participa en la jornada denominada “Los lápices en tiempos turbulentos: los estudiantes en épocas de lápices rotos y bastones largos”, con una conferencia sobre la época. Además intervienen estudiantes del Profesorado de Música y de Ciencias Políticas, ambas carreras con dictado en San José de Jáchal.