El Niño en San Juan

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Los embates sobre las costas que por estos días genera el Huracán Dorian en el hemisferio norte, consiguen la mirada de investigadores de todas las latitudes. ¿Cómo afecta el Fenómeno El Niño, otro evento climático, en este caso originado en el Pacífico, sobre San Juan?

 

Escriben: Adriana I. Caretta y Cristian M. Albors. Cátedra de Climatología Agrícola (Ingeniería Agronómica, Facultad de Ingeniería, UNSJ)

Según la Organización Meteorológica Mundial el clima se refiere al promedio de los registros, a largo plazo, de los elementos meteorológicos en un lugar, es decir el registro de la temperatura, la presión atmosférica, el viento, la nubosidad, la humedad, etc., durante un plazo de tiempo determinado.

La importancia del clima para una región es que permite establecer las condiciones favorables, desfavorables o limitantes para el asentamiento humano, mientras que la actividad agrícola está influenciada por el registro del tiempo meteorológico, que indica los valores posibles (mínimo y máximo) de cada elemento. Conocer su comportamiento, cambios en el tiempo, asociaciones e interrelaciones con otros componentes del sistema atmosférico y productivo facilita la planificación agropecuaria y la optimización del uso de los recursos.

Uno de los componentes del clima, la precipitación pluvial o nívea, genera un considerable impacto sobre la vida. Todo aquello que afecte su frecuencia, magnitud y/o distribución temporal, afecta a la vida en general.

La provincia de San Juan, como región árida con escasas precipitaciones concentradas en el semestre cálido, es particularmente susceptible a las variaciones asociadas a fenómenos atmosféricos como el llamado El Niño-Oscilación Sur.

 

¿De dónde vienes, Niño?

Escritos del siglo XV de Perú y Ecuador describen situaciones típicas de este fenómeno como el hecho de que los vientos del Mar del Sur (océano Pacífico) soplaban en sentido contrario al habitual o que eran tan débiles que imposibilitaban navegar. O que se producía, casi invariablemente, un crecimiento en el nivel del mar y temperatura del aire, fuertes precipitaciones y cambios drásticos de la ecología marina y costera. Con los años se han encontrado numerosas indicaciones de procesos asociados al fenómeno de El Niño-Oscilación Sur (ENOS), como la composición química de las bandas de crecimiento anual de corales tropicales.

En 1920, el científico inglés Gilbert Walker, en un intento de pronosticar las lluvias monzónicas, las que se producen en el semestre cálido en la India, descubrió que cuando la presión atmosférica era baja en Australia e Indonesia (Pacífico oeste) aumentaba en Tahití (Pacífico central) y viceversa. Se determinó que esta diferencia de presiones maneja la mecánica de los vientos que circulan entre el Pacífico este y oeste.

¿Cómo se produce este fenómeno? En condiciones normales los vientos que soplan desde América hacia las costas indo-australianas producen un empuje y desplazamiento del agua oceánica que es reemplazada por el afloramiento del agua fría de la corriente de Humboldt en las costas sudamericanas. Cuando los vientos se debilitan disminuye el desplazamiento del agua superficial lo que obstaculiza el afloramiento de la corriente fría. El agua de las costas sudamericanas se calienta más de lo normal, aumenta la evaporación y las precipitaciones torrenciales características de este fenómeno en esa zona. El nino_la nina

Se define, entonces, ENOS como el concepto genérico en la fase neutra del fenómeno, al evento frío “La Niña” y al evento cálido,“El Niño”.

Tanto El Niño como La Niña tienen diferentes repercusiones meteorológicas que se manifiestan en vastas zonas del planeta.

 

Cada 2 a 7 años, un Niño

Los episodios de El Niño suelen empezar a mediados de año con un calentamiento a gran escala de las aguas superficiales en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial que generan cambios de la circulación atmosférica tropical (es decir, el viento, la presión y la precipitación).  En general, El Niño alcanza su intensidad máxima durante los meses de noviembre a enero y decae a lo largo de la primera mitad del año siguiente. Ocurre cada dos a siete años y puede durar hasta 18 meses.

Uno de los impactos más notables es sobre las precipitaciones de finales de primavera y principios de verano, con lluvias superiores a las normales en especial en el norte del país (Heinzenknecht, 2011) y la región pampeana.

Los efectos de El Niño también producen alteraciones sobre los cultivos. Por ejemplo, los veranos con influencia El Niño son en general favorables para el maíz, pero no benefician al girasol. A su vez el mismo fenómeno produce impactos contrarios en un mismo cultivo en distintas zonas, las primaveras con influencia El Niño tendrían un efecto positivo sobre el trigo del norte del país y negativo sobre trigo del sur.

 

Estudios sobre la influencia de El Niño, La Niña y fase Neutra

Para determinar si El Niño influye en la variabilidad de las precipitaciones locales se compararon estadísticamente los registros de lluvias desde octubre a abril (del año siguiente) de temporadas Niño, Niña y neutra (Albors et al., 2018). Los datos analizados corresponden al departamento Pocito con registros de la Estación Experimental Agropecuaria de INTA San Juan, desde 1968 hasta 2015. Las tres fases del ENOS se determinaron de acuerdo con la clasificación del Oceanic NIÑO Index (ONI 3.4) del National Weather Service NOAA, CPC, 2017.

Si se comparan las precipitaciones de las temporadas bajo influencia de El Niño con las temporadas de La Niña o neutra, no se observan diferencias. Tampoco se encuentran diferencias estadísticamente importantes entre magnitudes de precipitación de octubre a abril de los eventos cálidos analizados.

En la comparación de las precipitaciones de años previos y posteriores a un año Niño, la no significancia de los resultados indica que no habría un efecto retardado de los eventos Niño que provocara impacto en temporadas posteriores. Tampoco se demuestra relación con años anteriores, por lo que no habría condiciones previas que pudieran servir de indicadores de un futuro evento.

Es decir que no existe, estadísticamente hablando, influencia significativa de El Niño sobre la variabilidad de las precipitaciones registradas en el departamento de Pocito.

Otro resultado de la investigación, que apoya estas conclusiones, es que la máxima precipitación de los periodos octubre-abril, corresponde a los años 2013 – 2014, siendo esta una temporada neutra respecto a ENOS.

Estos resultados nos dicen que, si bien se observan alteraciones en temporadas con el Niño, este no es la única causa de la variabilidad de la precipitación. Existen otros factores que, solos o combinados, serían los principales responsables de los extremos registrados en el departamento de Pocito.

Las áreas cultivadas de San Juan están ubicadas en nichos geográficos relativamente pequeños (oasis) y por ello son aún más susceptibles que los cultivos de grandes superficies a sufrir las consecuencias de los cambios tanto a corto como a largo plazo. Las mayores precipitaciones sobre las áreas cultivadas pueden perjudicar la sanidad, la polinización, las labores culturales, cosecha, entre otros e interferir en el manejo del cultivo, aumentando costos y disminuyendo rendimientos.

En economías altamente dependientes de la agricultura, como la de San Juan y muchas provincias del oeste argentino, los inconvenientes asociados a la precipitación y sobre todo a sus alteraciones, pueden convertirse en una adversidad o directamente en una limitante para la actividad agrícola, por ello es de vital importancia continuar las investigaciones que la expliquen y permitan un pronóstico preciso de su variabilidad.

 

Referencias

Heinzenknecht, G. M. 2011. Proyecto Riesgo y Seguro Agropecuario – etapa II. Préstamo BID 899/ OC-AR-1. Ministerio de Agroindustria. Presidencia de la Nación. Oficina de Riesgo Agropecuario. Consultado de: http://www.ora.gob.ar/informes/enso.pdf

Albors, C.; Caretta, A. y Martinengo, N. (2016). Precipitaciones en Pocito, San Juan, 1968 a 2016.  XVI Reunión Argentina y VIII Reunión Latinoamericana de Agrometeorología.  Chubut, Argentina. ISBN 978-987-42-2098-1.


Fuente de la imagen de portada: https://infoagro.com.ar/advertencia-de-el-nino-durante-el-invierno-2019/