El corte exacto

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Dos ingenieros en Minas egresados de la UNSJ y uno de la Universidad de San Luis lograron el primer premio en un Congreso en Estados Unidos por una investigación funcional a la productividad minera. Lo central del estudio de los graduados de la Universidad pública fue fragmentar de manera estricta la forma natural de la veta o depósito mineral.

 

Por Fabián Rojas

La escasez de las reservas minerales de gran valor, los grandes volúmenes extraídos en cada voladura y el valor de los metales hacen del control de la dilución un rasgo económico esencial. Técnicamente, dilución refiere al porcentaje de material estéril o de baja ley que se mezcla con el mineral de valor económico. Los ingenieros Víctor Muñoz y Gonzalo Marías, egresados de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ y trabajadores de la empresa fabricante de explosivos Austin Podwer Argentina, y Jorge Oliva, de la Universidad Nacional de San Luis y empelado de la empresa minera Cerro Vanguardia, es decir, todos graduados de la Universidad pública y gratuita, se propusieron lograr aumentar la productividad y disminuir la dilución de una empresa minera. Lo lograron. Por ello obtuvieron el Premio al Mejor Proyecto de Investigación del Año en el 45º Congreso Anual de la International Society of Explosives Engineers (ISEE), que se realizó en enero de 2019 en Nashville, Tennessee, Estados Unidos.

Ing. Víctor Muñoz, en el Instituto de Investigaciones Mineras de la UNSJ.
Ing. Víctor Muñoz, en el Instituto de Investigaciones Mineras de la UNSJ.

Fue un reconocimiento al mejor paper de diferentes trabajos presentados por ingenieros de varias empresas del mundo. “Fuimos premiados porque fue una investigación con objetivos cuyos resultados se pudieron cuantificar. Hasta el momento no había nada experimentado y el objetivo fue claro”, cuenta Muñoz. De hecho, el objetivo estuvo marcado desde el título del trabajo: “Aumento de productividad y disminución de dilución en vetas angostas”.

El ingeniero explica que si un depósito mineral (o veta) es extraído mediante voladura siguiendo muy bien sus límites (es decir, cuando se lo libera del resto de la roca, el cual no tiene valor económico), la dilución será cero. Si, en cambio, la veta se libera habiéndose extraído por fuera de sus límites, la dilución irá aumentando y, a medida que esto sucede, aumentan los costos para extraer mineral. Además disminuye la ley promedio, que es el contenido económico del mineral y cuya unidad de medida es Oz/Tn (onzas por tonelada de roca). “Era un gran desafío porque trabajamos con vetas angostas y había que extraerlas a medida. Si hay dilución, es porque hay sobre excavación de roca, aquí se genera la dilución y ello significa disminuir el porcentaje de oro y plata de la veta. En síntesis, lo que hacemos es fragmentar de manera exacta la forma natural de la veta porque de ese modo se logra bajar costos, de lo contrario habría que extraer más material”, define Muñoz.

Para lograr los objetivos modificaron variables dentro del diseño de perforación y voladura, cuantificaron y demostraron que verdaderamente había un ahorro. Para ello se valieron de un escáner que mide el volumen extraído. Ese volumen, con softwares,  se compara con el modelo geológico y de allí sale el porcentaje de dilución. Según detallan, en el proceso global de extracción los explosivos impactan de manera mínima en cuanto a costos; sin embargo, a partir de la correcta manipulación de esa variable, como la elección del tipo de explosivos, sí se puede ahorrar. “El explosivo está ahí –dice Muñoz-, sólo debe saberse cómo utilizarlo; se ahorra más utilizando variables que si cambiáramos un explosivo por otro”.

Gonzalo Marías (izquierda) y Jorge Olivas, con el premio en Estados Unidos.
Gonzalo Marías (izquierda) y Jorge Olivas, con el premio en Estados Unidos.

De esta manera, la mira fue colocada en una cierta cantidad de toneladas de mineral a obtener, por evento, en una cámara subterránea. Mediante el estudio lograron efectivamente la fórmula para llegar a esa cantidad con un mínimo costo en el proceso. El trabajo de un año de investigación fue para un cliente minero que explota yacimientos en la provincia de Santa Cruz.

Víctor Muñoz trabaja en la empresa de explosivos desde 2008. Ingresó antes de terminar su carrera de Ingeniería en Minas en la UNSJ, como práctica profesional, y allí realizó su tesis de grado. Hoy es Gerente de Servicios Mineros en esa compañía. En emprendimientos de San Juan, como Casposo, también realiza asesoramiento técnico. Gonzalo Marías (nacido en Mendoza) ingresó en la misma empresa ni bien se graduó de Ingeniero en Minas en esta Universidad; luego comenzó una carrera ascendente en esa firma. Fue él quien presentó la investigación traducida al inglés en aquel Congreso de Tennessee. Por su parte, Jorge Oliva es ingeniero egresado de la Universidad Nacional de San Luis y trabaja en la empresa Cerro Vanguardia. Los tres se presentaron como equipo técnico de Austin Podwer Argentina. Con ellos, con jóvenes profesionales formados en la Universidad pública, es que una empresa privada con fortaleza en el mercado optimiza su productividad y logró, hace pocos meses, en el gélido enero estadounidense, un reconocimiento internacional.

 

Orgullo: “Estamos muy orgullosos de ser Ingenieros en Minas y pertenecer a la Universidad Nacional de San Juan, de esta casa de estudios que siempre ha dado profesionales con grandes capacidades y que han pasado por distintos puestos en la industria minera” (Víctor Muñoz).