«Wall Mapu»: Gran dadora de vida

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Los pueblos originarios de América celebran durante todo el mes de agosto el culto a la “Wall Mapu”, “Tecne Teta” o “Pachamama”, la Madre Tierra. Esta celebración da inicio al ciclo agrario indígena, ya que después del 24 de junio, fecha que marca el fin de una temporada de cosecha y el inicio de una nueva época de siembra, la tierra se ha purificado y está lista para dar inicio a la siembra. Por lo tanto, se le agradece todo lo recibido y se le pide autorización para iniciar una nueva temporada de sembradío.

 

Por Belén Ceballos

Los investigadores del Programa Universitario de Asuntos Indígenas (PUAI) de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, Olga Rodríguez, Rosa Ferrer, Matías Cabañes y Alejandro Salazar, reflexionan sobre este culto y la importancia que tiene para nuestra sociedad el cuidado y respeto que le debemos tener a la Madre Tierra.

La «Celebración de la Pachamama (“pacha” del aymara y quechua: tierra y, por extensión moderna, «mundo», «cosmos» y “mama”: madre) o “brindis” con la Madre Tierra, es una ceremonia ancestral de agradecimiento a la tierra por todos los dones recibidos y en la cual se ofrendan en “miniaturas” los mismos frutos que ella da, algunos simbólicos otros reales; pero todos representantes de las gracias dadas por la comunidad a la Madre Tierra. Esto tiene un solo objetivo: agradecer lo entregado y pedir por lo que se desea recibir. Hablar de ritual refiere a una serie de acciones con valor simbólico, que hace a las tradiciones de una comunidad. El ritual a la Pachamama significa agradecimiento y solicitud.

 

El ritual

Para empezar este ritual, las comunidades se reúnen en un lugar que ellos consideran sagrado, recolectan aquello que van a ofrecer, siempre son productos que provienen de la misma tierra: aceite, carne, leche, arroz, tabaco, bebidas con alcohol, etc. Luego la comunidad realiza una “abertura” en la tierra que simbólicamente representa la boca de la tierra, para esto se hacen canciones, oraciones de pedido y también de gracia, en algunas comunidades se hace un sahumado, esto es esparcir humo que simboliza la limpieza del lugar y de las personas que van a participar de la ofrenda, con mucho respeto ya que es una fiesta central en el calendario indígena. Luego se realiza la “corpachada” (depósito), en muchos casos también se dice dar de comer a la Madre Tierra, con todos los productos recolectados y es muy importante para la cultura indígena que todos los miembros de las comunidades participen, ya que esto se considera una gran fiesta. Luego de haber comido, bebido, cantado y orado, este pequeño surco debe ser cerrado. La actividad la realiza un miembro de la comunidad al cual se lo denomina celebrante, él lleva adelante la ceremonia con cada uno de sus pasos.

En cuanto a forma en que actualmente se trata a la tierra, los investigadores coinciden en que la pachamama es la Madre de todos y de todo, y es mucho más que solo la tierra, ya que es todo lo que nos rodea, es el tiempo (presente-pasado) y el espacio que habitamos. Sin embargo, la sociedad actual la subestima y siembra en cualquier época, usa fertilizantes, plaguicidas, que son tóxicos y generan problemas, que contaminan el terreno y daña la salud de las personas.

Para alcanzar el respeto que tienen los pueblos originarios a la Madre Tierra es necesario que la población genere cambios cotidianos por medio de la sensibilización de sus acciones. En este sentido, las escuelas cumplen un rol fundamental porque a la hora de enseñar sobre equilibrio ambiental y sustentabilidad, es imprescindible que lo enseñen desde la cosmovisión indígena, es decir, desde una mirada plena de respeto y cuidado de la Madre Tierra.

 

Imagen de portada: Ilustración de Esteban Javier Cabañes, Maestro en Artes Plásticas.