La lengua alumbra comunidades

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Hebe González, doctora en Lingüística y especialista en lenguas indígenas, describió la gramática de la lengua de los tapietes, un pueblo originario de Tartagal, Salta. Hace veinte años que trabaja junto con ellos y ha logrado documentar su dialecto para que sea enseñado en las escuelas y usado por los miembros, evitando su extinción y desaparición.

 

Por Belén Ceballos

Los tapietes son un pueblo indígena que se encuentra en Tartagal, provincia de Salta, en Misión la Curvita, a orillas del Rio Pilcomayo, en Bolivia y Paraguay. Este pueblo se caracteriza por haber sido cazador, recolector y nómade. A principios del siglo XX cuando estalla la guerra del Chaco, entre 1932 y 1935,  quedaron atrapados en ese conflicto, lo que alentó su separación, unos se fueron a Paraguay y otros a Bolivia. Los que quedaron del lado boliviano emigraron hacia Argentina, donde tenían parientes y empezaron a trabajar en los ingenios y azucareras.

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Hebe Gonzálezexplicó que el primer objetivo para trabajar la lengua de los tapietes fue escribir una gramática sobre esta lengua, ya que al pensar en su tema de tesis para doctorarse, descubrió que era la única que quedaba en Argentina sin describirse. Solo había una lista de palabras y frases. Por lo tanto, lo que se propuso fue lograr la escritura, para la que hizo falta establecer un alfabeto y documentarlo con el propósito de usarlo por los tapietes en las escuelas y en otros ámbitos.

Uno de los resultados de este trabajo se reflejó en un diccionario etnobotánico, publicado hace poco, que surgió de un trabajo en conjunto con biólogos y antropólogos de la UBA, quienes forman parte del equipo de investigación de Hebe González. La idea de realizarlo nació porque descubrieron que el tema de las plantas era muy rico e importante para la comunidad. Además, porque el contexto en el que viven cambió respecto del que habitaban antes, por ejemplo, estaban aislados del centro de Tartagal y a medida que se fue agrandando, mucha vegetación desapareció. Sumado a que este conocimiento siempre es recordado solo por la gente mayor, era importante rescatarlo a tiempo. Este libro contiene un capítulo etnográfico, realizado por antropólogos, uno lingüístico en el que se cuenta cómo es la forma de las palabras con que se designan a las plantas e incluye un vocabulario con información etnográfica, de recetas medicinales y culinarias, explicando qué hacen los tapietes con esos fitónimos.

Diccionario_EtnobotánicoPor último, Hebe contó que decidió estudiar la lengua de esta comunidad porque además de ser una de las lenguas vivas que no habían sido descriptas en el país, sentía que debía devolverle a este lugar todo lo que le brindó para que pudiera formarse. Por lo tanto, quería poner al servicio de esta comunidad todo el conocimiento que logró al realizar este trabajo, para que la lengua se pudiera empezar a escribir, los alumnos la aprendieran en la escuela y no la perdieran.   Además, esta investigación no solo permite conocer la diversidad lingüística sino también permite que los derechos garantizados en la Constitución, respecto de los pueblos originarios y su educación, puedan realmente concretarse.