Desarrollo turístico en las comunidades originarias

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En “El desarrollo de las políticas turísticas y patrimoniales en el territorio de la Comunidad Huarpe de San Juan-Argentina”, el Lic. Alejandro Manuel Salazar Peñaloza realiza un análisis-propuesta que resulta interesante destacar dada la trascendencia del turismo como actividad económica en San Juan y la pertinencia de incorporar a las comunidades originarias en el plan de desarrollo turístico de la provincia. Revista La U rescata esta iniciativa sobre turismo autóctono, útil tanto para la región cuyana como, por extensión, para la macro región andina.

Por Elio Noé Salcedo

El desarrollo de la actividad turística en la provincia de San Juan –reflexiona el Lic. Salazar Peñaloza- muestra en los últimos años un gran avance a nivel organizacional, “aunque se ha puesto énfasis en mostrar ciertos y determinados lugares (Valle de la Luna, por ejemplo), que ha provocado un gran afluente de turistas que buscan conocer esos lugares, pero paralelamente ha desequilibrado la balanza de las oportunidades de “otros” lugares donde las comunidades alejadas de ciertos centros y/o circuitos pierden la oportunidad del desarrollo turístico”.

En ese sentido, señala el investigador, “hoy el mundo entero mira con buenos ojos los destinos que involucran a las comunidades autóctonas y los lugares que reflejan un dinamismo distinto, en donde se entremezcla un paisaje de mixtura entre el hombre y la naturaleza”.

Precisamente, la cumbre mundial llevada acabo en Río de Janeiro en 1992 –consigna Salazar Peñaloza- planteó una firme postura de defensa de los recursos naturales y de un desarrollo de la actividad turística sostenible, en forma simultánea a la erradicación de la pobreza, entendiendo que “la reducción de las disparidades de los niveles de vida a nivel mundial es un requisito para la consecución del desarrollo sostenible”. Es en ese contexto que las comunidades autóctonas de la provincia de San Juan están incluidas en esta realidad que se plantea a nivel mundial, pues “tanto su cultura como su territorio se presentan como potenciales agentes promotores de turismo, pudiendo modificar, de esta manera, positivamente tanto su economía como la de la provincia”.

Para ello, sostiene el investigador, es fundamental que el Estado intervenga en la materia dando lugar a la participación e inclusión de las comunidades locales en la aplicación de las leyes y normativas necesarias para el desarrollo óptimo de la actividad. Esto implica no sólo un apoyo económico, sino que debe tenerse en cuenta también otros aspectos como el cuidado del medio ambiente, el respeto a sus pautas culturales (actuar sin que las comunidades se vean afectadas) y, por sobre todas las cosas, la participación directa y activa de la comunidad en su conjunto.

 

Comunidades y turismo

En San Juan existen actualmente dos comunidades indígenas -Huarpe y Diaguita-, que intentan organizarse como tales y se encuentran en “etapa de germinación” si se las compara con otras provincias como Mendoza, San Luis, Chaco y Formosa, entre otras; aunque sus reclamos son comunes a otras comunidades del país en lo que atañe a tierra, agua, salud y justicia.

En cuanto al Pueblo Huarpe en particular, lo integran en territorio sanjuanino seis comunidades: Comunidad Sawa (ubicada en el Departamento de 25 de Mayo); Comunidad Talquenca (ubicada en el Departamento de Sarmiento); Comunidad Esperanza Huarpe (ubicada en el Departamento de Sarmiento); Comunidad Cacique Colchahual (ubicada en el Departamento de Sarmiento); Comunidad Cacique Gabriel Pismanta (ubicada en el Departamento de Iglesia), Comunidad Territorios del Cuyum (ubicada en el Departamento de Rivadavia). Solamente esta última comunidad se encuentra en zona peri-urbana, las demás en zona rural, y en la mayoría con un restringido acceso. Sin embargo muchas de ellas se encuentran dentro del ámbito del turismo.

Teniendo en cuenta que el turismo impacta fuertemente sobre el desarrollo de las comunidades, el Lic. Salazar entiende que es “por medio de las voces de sus protagonistas y la observación de campo que se pueden comprender las deficiencias, y así el diagnóstico puede servir como un instrumento capaz de beneficiar las redes organizativas y las relaciones que se dan entre el turista, la comunidad y el turistólogo, y poder generar así políticas beneficiosas para los sujetos que involucran la actividad”.

De acuerdo a las entrevistas mantenidas con miembros de la comunidad huarpe, Salazar Peñaloza pudo colegir que al día de la fecha no existe un proyecto turístico que sea parte de la comunidad, como tampoco existe proyecto alguno con esta comunidad por parte del municipio ni por parte del ente de Turismo Provincial “que incluya a esta comunidad en un plan de desarrollo turístico, aunque la zona sur de la provincia cuenta de alguna forma con atractivos que podrían ser lazos de conexión para llevar adelante una acción conjunta”. (Entrevista a María Zalazar de Aguilera referente de la Comunidad Cacique Colchagual).

Por su parte, señala, en Rivadavia la comunidad autóctona creó la Casa de la Cultura Huarpe de San Juan, en la cual se realizaban diversas actividades como talleres educativos para chicos y adultos, un programa de acompañamiento a la mujer embarazada, se realizaban video-debates, se brindaba un espacio para la venta de artesanías típicas (tejidos, cerámicas, artesanías en cuero) y se conformaban grupos musicales, pero con el pasar del tiempo la ayuda económica fue disminuyendo hasta que el centro cultural terminó cerrando”. (Entrevista a Nahuel Sánchez, de la Comunidad Territorios del Cuyum, del Departamento Rivadavia)

En cuanto a la localidad de Angualasto del Departamento Iglesia, donde se encuentra la comunidad Huarpe Cacique Gabriel Pismanta, Salazar Peñaloza relata que se produjo un fuerte reclamo sobre la protección del patrimonio arqueológico, ya que en esta zona se encuentran yacimientos arqueológicos invaluables de la Cultura Angualasto (anterior a la Cultura Huarpe), la cual a lo largo del tiempo ha sido saqueada. Debido a ello, la comunidad organizó un museo de sitio, que mantenía las piezas encontradas por los mismos pobladores: restos óseos, cuerpos momificados, urnas, puntas y flecha. Al parecer, el impulso inicial se detuvo y no se cuenta con el apoyo suficiente.

 

Conclusiones y propuesta

El diagnóstico realizado y la consulta a los integrantes del pueblo huarpe inspiró la propuesta que en forma sintética y a modo de conclusiones exponemos.

  • Se deben reconocer por su valor turístico-cultural todos los elementos identitarios propios de las comunidades autóctonas a nivel social, cultural, natural (geográfico), histórico, etc.
  • Se debe cumplir la Ley Provincial Nº 6801 de preservación del patrimonio como legado para la humanidad y las nuevas generaciones, a través de la protección, conservación, restauración, acrecentamiento y difusión de todos los bienes que conforman el patrimonio provincial (natural y cultural).
  • Se consideran dentro del Patrimonio Provincial todos aquellos bienes que reportan un interés antropológico, histórico, arqueológico, cultural, artístico, artesanal, etnológico, que pueden significar o significan un aporte relevante para el desarrollo cultural de la Provincia de San Juan que se encuentren dentro del territorio, cualquiera fuese su propietario.
  • Siendo el patrimonio una de las riquezas que atesora la comunidad huarpe, y su reconocimiento resulta importante para cualquier sociedad, es el Estado el que debe establecer mecanismos claros para su preservación, más en lugares donde el contrabando de piezas arqueológicas es habitual.
  • Se debe involucrar a las comunidades en el Plan Turístico Provincial, ya que cada comunidad se siente identificada con su patrimonio.
  • La comunidad debe ser consultada sobre planes o proyectos (micro o macro), en relación al turismo.
  • Se debe brindar información y formación a los miembros de las comunidades sobre la importancia económica del turismo autóctono y las leyes que lo rigen, ya que éstas no reconocen al turismo como una salida laboral y económica.
  • Resulta necesario un compromiso sólido de parte del Estado, del Municipio y de la Universidad en la preservación del patrimonio cultural de los pueblos autóctonos.
  • Los bienes culturales deben ser declarados en caso de ser encontrados y debe aplicárseles la ley y la categorización establecida por ella: Monumento histórico provincial, Lugar histórico provincial (sitios arqueológicos, pueblos históricos), Bienes muebles de interés cultural y natural (bienes culturales, patrimonio artístico, patrimonio documental, archivos, bibliotecas y museos).
  • Se requiere inversión turística en los yacimientos arqueológicos de Angualasto a fin de posicionar el lugar a nivel provincial. Es necesario un mantenimiento y un control más eficiente en la zona, ya que la extracción clandestina e ilegal de piezas es constante. Es importante la protección y mantenimiento del patrimonio local y su utilización como recurso turístico.
  • Se debe tomar conciencia de la importancia del patrimonio sanjuanino, saqueado constantemente, y que el Estado aplique las sanciones establecidas por ley.
  • Todo tipo de actividad científica o gubernamental relacionada con el patrimonio de las comunidades debe ser expresamente autorizado por ellas.
  • Para potenciar el turismo, la poca vinculación de las instituciones estatales con las comunidades debe ser subsanada por medio de una red de turismo comunitario, buscando que la actividad genere en la población involucrada un dinamismo recíproco y de reforzamiento de los lazos.
  • Se debe prestar especial interés a los proyectos o planes de desarrollo turístico comunitario.

*Lic. Alejandro Emanuel Salazar Peñaloza.“El desarrollo de las políticas turísticas y patrimoniales en el territorio de la Comunidad Huarpe de San Juan-Argentina: Una problemática a diagnosticar”. Revista “Dos Puntas” http://www.facso.unsj.edu.ar/publicaciones/2_Puntas-13.pdf