Las huellas psíquicas de los estudiantes

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El examen psicológico en el marco de la cartilla de salud psicofísica universitaria es un reciente requisito para estudiantes preuniversitarios y universitarios, que arroja interesantes resultados sobre la salud mental y realidades sociales de la población universitaria.

Por Mariana Torres*

Desde septiembre de 2012 estoy a cargo del examen psicológico de la cartilla de salud psicofísica de alumnos/as preuniversitarios y universitarios, dentro de la Dirección de Salud Universitaria de la UNSJ. Para ese examen se realiza una técnica de screening en forma de Cuestionario autoadministrado, donde el/la estudiante realiza una doble tarea: por un lado, identifica los sucesos que efectivamente le han ocurrido durante el transcurso de su vida y, por el otro, valora en base a una escala tipo likert de cinco opciones de respuestas, cómo le han impactado subjetivamente estos eventos. Luego de la evaluación del cuestionario, se decide o no realizar una entrevista posterior con el sujeto para profundizar el estudio. En el marco de esa entrevista, también se procede en la labor docente de advertir los beneficios de la comunicación, el generar y sostener vínculos, la importancia del cuidado del cuerpo, el carácter de “normalidad” que revisten las diferentes crisis vitales y actuales (duelos, mudanzas, enfermedad, crisis económica, viajes, accidentes, entre otras) y demás conductas saludables que se considere oportuno puntualizar o esclarecer.
Durante 2013 llenaron el Cuestionario 2.599 personas, de las cuales se entrevistó a 310. Del total de entrevistados, 213 fueron mujeres y 97 varones. De estas 310 personas, más del 50% se encuentra en el rango comprendido entre los 18 y los 20 años. De los mencionados entrevistados/as, 41 fueron derivado/as a tratamiento psicológico dentro de la Universidad (Dirección de Psicología y Psicopedagogía y Lic. María Teresa Carrizo), al ámbito privado y al Servicio de Psicología del Hospital Marcial Quiroga.

Historias duras
Como dato significativo, se observa que 117 sujetos marcaron haber sufrido el fallecimiento de un amigo/a. Entre las causas que pudieron explorarse se encuentran: accidentes de tránsito (en general en motocicleta), un accidente escolar (un arco de fútbol se le cayó encima a una niña por estar colgada sobre él), enfermedad de cáncer, electrocución y un caso de suicidio. Se sabe que puede comprenderse mejor el fallecimiento de una persona mayor (abuelos, ancianos), luego la muerte de los padres y por último, se hace más difícil afrontar la muerte de un contemporáneo; mucho más aún si la desaparición tiene como causa el suicidio.
Otro dato a tener en cuenta es el número de personas que marcaron la variable “experiencia sexual traumática o desagradable”, en este caso fueron 27 sujetos. En relación a estos datos cabe aclarar que la diferencia entre varones y mujeres que puntuaron tal variable, fue muy poco significativa. Se detectaron casos de abuso sexual en el marco de la familia y fuera de él. Un dato original es el de los casos de experiencias sexuales tempranas que, resignificadas con posterioridad, han resultado desagradables por haberse efectuado con personas de las cuales “no estaban enamorados/as”. Esta reinterpretación se efectúa en el presente, donde el sujeto se encuentra con más madurez emocional y el sexo es vivido como un acto que se integra dentro de los parámetros que comparte en la pareja.

Relaciones amorosas
La importancia que revisten las relaciones amorosas en el periodo comprendido entre la adolescencia y el adulto joven es muy significativa. Esta variable es continuamente marcada por varones y mujeres que ponen de manifiesto haber sufrido por amor, dando cuenta de lo importante que resulta experimentar relaciones saludables para la construcción de la identidad. Otro caso es el de muchos de los noviazgos adolescentes donde la idealización desmedida del objeto amoroso, a veces conlleva conductas del tipo obsesivas, paranoides e incluso psicopáticas. Propio de este punto cúlmine de la construcción de la identidad es apoyarse en la imagen e impresión que nos devuelven los demás y, en este sentido, el/la novio/a representa el sujeto ideal que nos hará saber quién somos, cómo nos reflejamos; nos colmará de valor y autoestima.
En el marco de la entrevista se los interroga sobre el sociograma completo, la obtención de becas que hayan podido concursar, la visión del propio futuro y de la vida universitaria en general.

Para pensar
De acuerdo al periodo evolutivo que atraviese el sujeto, es que se presentarán ciertas y determinadas patologías con más prevalencia que otras. Variables intervinientes de igual valor son: el sexo, la ocupación, condición sociocultural, económica y la dinámica familiar.
A raíz de estas problemáticas se considera de suma importancia desarrollar y poner en marcha herramientas al servicio de los sujetos que integran la estructura universitaria, con el fin de detectar tempranamente signos que indiquen posible compromiso de funciones mentales y/o situaciones de riesgo a mediano y largo plazo.
Se considera ineludible recalcar el hecho de que, al emitir juicio de valor respecto de las personas, se corre el riesgo de dañarlos, pues colgar un rótulo a alguien, inconscientemente provoca reacciones que coinciden con la apreciación previa del profesional. Por lo tanto, la prudencia con la que se lleva a cabo el proceso psicodiagnóstico de los sujetos se coloca en primer plano.

 

Mariana Torres Barud

*Escribe: Lic. Mariana Torres
Dirección General de Salud Universitaria
Secretaría de Bienestar Universitario – UNSJ