Preservar identidades para no llorar ausencias

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Hace tiempo que especialistas de la Universidad Nacional de San Juan muestran inquietudes por el impacto que producirá el Corredor Bioceánico, mediante la Ruta 150, de inminente inauguración, en localidades sanjuaninas de fuertes rasgos culturales e identitarios. En ese marco se inscriben proyectos de la Facultad de Arquitectura, actualmente en ejecución.

Por Fabián Rojas

El camino al Cementerio de Huaco, donde descansan los restos de Buenaventura Luna, es una callecita de tierra blanda, de color marrón oscuro, que suele enseñar huellas de pisadas de animales, bajo árboles centenarios. Frente a la entrada, en un descampado, algunas vacas pasan horas pastando. En la zona hay casitas humildes de adobe y todo es un silencio arrobador, donde puede sentirse la “sombra del fuerte abuelo que ya se fue”. Pinturas como esa son patrimonios característicos del norte, noroeste y noreste sanjuanino, geografía por donde ya pasa la Ruta Nacional Nº 150, parte del Corredor Bioceánico que une Brasil con Chile y que atraviesa el centro de Argentina. La imponente obra vial, que se extiende en San Juan desde Valle Fértil a Iglesia, pasando por Jáchal, es sinónimo de promesa de desarrollo para esas tierras del norte. No obstante, una ruta que unirá tres países y permitirá a esta provincia abandonar su condición de terminal, sin dudas provocará impactos en poblaciones y paisajes, en patrimonios, costumbres y culturas situados a su paso. Impactos que tornan necesario preservar todo aquello, que es preservar la identidad.
“Son pueblos que tienen un desarrollo cultural, una artesanía, costumbres que hay que ponerlas en valor, porque son además, por sí mismas, recursos turísticos. La zona ya no está cerrada, la Ruta 150 hizo un input en ella, hay un impacto, entonces hay que buscar que toda el área se desarrolle y aproveche los beneficios que el corredor pudiera llevar. No podemos estancarnos en el tiempo”, razona el arquitecto Luis Orellano, responsable, junto a la doctora arquitecta María Rosa Plana, de proyectos para el desarrollo sustentable de comunidades del Corredor Bioceánico, a través de su patrimonio natural y cultural.

Cambios profundos

El norte de San Juan sufrirá profundos cambios que deben ser planificados y trabajados por profesionales especialistas en la temática. La idea es que haya transferencia de las investigaciones hacia la comunidad a través de convenios firmados con los gobiernos locales y de la provincia. Entre 2011 y 2013, Plana y Orellano, investigadores de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNSJ, ejecutaron el proyecto “Preservación y sostenibilidad del Patrimonio Cultural en el Corredor Bioceánico – Tramo San Juan”. En él se propusieron trabajar desde la arquitectura, el urbanismo y el turismo. Desde la Arquitectura, para preservar un patrimonio construido y su identidad a través de acciones de restauración, consolidación y puesta en valor de construcciones. Desde el urbanismo, proponen acciones para el desarrollo de poblados y ciudades que conforman el corredor. En ese afán la tarea es preservar el carácter identitario de los paisajes urbanos con la necesidad de conservarlos a través de normas de protección. Y desde el turismo, revalorizar sus recursos y su patrimonio cultural tangible e intangible. “Buscamos una gestión que transforme los patrimonios y los elementos culturales de esos lugares en productos turísticos, y así obtener recursos. Para esto lo que hacemos es elaborar pautas para entregarlas a los municipios”, dice Orellano. “El desarrollo del turismo sustentable puede abastecer necesidades económicas, sociales y estéticas, a la vez que mantiene íntegra la cultura y los procesos ecológicos. Si bien las actividades turísticas pueden generar nuevos nichos de mercado laboral, deben planificarse acciones preventivas que permitan neutralizar los problemas de contaminación ambiental”, añade María Rosa Plana.

Patrimonio en foco

Este año los investigadores comenzaron a trabajar con el proyecto “Planificación para el Desarrollo sustentable de Comunidades del Corredor Bioceánico a través de su Patrimonio Natural y Cultural, considerando su potencial turístico. – Tramo San Juan”. El proyecto es una continuidad del anterior y finaliza en 2015. En este caso, el programa se enfoca más específicamente en el turismo y el patrimonio. “Su principal objetivo es formular un plan estratégico de conservación y puesta en valor del patrimonio natural y cultural de los poblados involucrados y sus áreas de influencia, usando al turismo como elemento dinamizador, con la participación de las comunidades involucradas”, explica Plana. Según la especialista, las acciones a seguir no deben imponerse desde arriba, sino que deben consensuarse entre todos. “En síntesis, lo que se realiza es una planificación de acciones y estrategias para mitigar los impactos negativos y potenciar los beneficios producto de la construcción del Corredor Bioceánico, teniendo como ejes al patrimonio y al turismo”, redondea la investigadora. Mientras que Orellano agrega: “De repente, por esas zonas empezará hablarse, por ejemplo, en portugués, por los camioneros que transitarán por la ruta. El tema entonces es reforzar la identidad”.

 

Proyecto de investigación 2014 – 2015: “Planificación para el Desarrollo sustentable de Comunidades del Corredor Bioceánico a través de su Patrimonio Natural y Cultural, considerando su potencial Turístico – Tramo San Juan”.
Director: Dr. Arq. Plana, María Rosa
Codirector: Arq. Orellano, Luis Alberto
Proyecto de Investigación 2011 – 2013: “Preservación y sostenibilidad del Patrimonio cultural en el Corredor Bioceánico – Tramo San Juan”
Director: Arq. Orellano, Luis Alberto
Codirector: Dr. Arq. Plana, María Rosa
Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat – FAUD – UNSJ